y el corazón no nos une.
Todo lo que vive a la intemperie
quiere secuestrar nuestras razones,
romper nuestras vértebras mentales
y encorsetarse en nuestras vidas.
Todo lo errante pretende hacerse
de un territorio que no le pertenece.
¡Huid malditos!
No entrareis en mis aposentos.
© María Luisa Domínguez Borrallo
© Fotografía de Adolfo Morales |