reciclan besos.
Crean otra realidad.
Gritan mordiscos.
Amasan barro.
Los mundos ocultos
sobreviven arrancando
el poema de la boca.
Incendiando las farolas.
Los faros perecen
sin que nadie llegue
al túnel de tus ojos.
Los pasos sueñan
con encontrarte en el camino.
Mientras la mente
se ha negado a caminar.
Los mundos ocultos
guardan siempre
a alguien momificado.
© María Luisa Domínguez Borrallo
(No Pongas Nombre al olvido)
© Fotografía de la autora |