y de los cánticos ineludibles
de los que se autodenominan felices,
la niebla saluda a los tiempos olvidados.
La paz tiene precio,
todos hemos pagado por ella.
Los rincones excomulgan pensamientos,
y amparan las miradas de los perdedores.
Por eso las esquinas suelen consolarme
de todas las perdidas,
y el bullicio es el camuflaje perfecto
para no detenerme a morir.
© María Luisa Domínguez Borrallo
© Susana Soussa y Jose Luis Rua. |