Tavira era la ciudad
donde dormían todos los recuerdos
como francotiradores.
Era el olvido de lo presente,
la permuta del tiempo
en los glaciares de mi cabeza
mordiendo los volcanes del pecho.
Los mitos sobreviven
a todas las catástrofes.
Tavira como nuevo punto de partida,
como nuevo eco retumbando
en mis latidos, una nueva era.
El camino sin retorno
donde varar la conciencia
de un tirachinas que no está cargado.
© María Luisa Domínguez Borrallo
© Fotografía de la autora |