No Pongas Nombre al Olvido

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22 de julio de 2016

SUCEDE

Sucede que te miro
y me anclo en tus ojos,
que me vuelvo manos,
corazón y dedos
que quieren cruzar
tus desiertos.
Sucede que me pierdo
si no me pierdes,
y que si te pierdes tú,
siempre te encuentro.
Sucede que me aprietas
las ganas y que la imprudencia
asalta las fronteras de la razón.
Y los bosques se tornan rojos,
torpes los gestos, inmediatos.
Mis células reaccionan a tu ADN
y mi dirección IP deja de usarse
en una sola computadora.

©
María Luisa Domínguez Borrallo 


© Fotografía de Jorge Lázaro

16 de julio de 2016

LECTURA - ESPERÁNDOTE


ESPERÁNDOTE

Fue un adiós como tantos otros,
pero yo nunca me había despedido.
Me tomé el café amargo y las lágrimas
que no enjugaste en el desayuno.

Y aquí me tienes sobreviviendo tu
pérdida, y sembrando de flores todos
los jardines que tú dejaste secar.
A la espera de una nueva primavera
en el otoño de unos días que pasan lentos,
en calma, y aun sin querer, esperándote.

©
María Luisa Domínguez Borrallo



© Imagen de a autora 

11 de julio de 2016

NUNCA TE QUEDAS

¿Qué sabes de noches rotas,
de días descosidos, de sonrisas
remendadas? Del amor…
no sabes nada.
Eterno caminante sembrando
semillas que nunca verás crecer.
Eterno fugitivo del querer…
¿Qué sabes? ¿Tú, qué sabes?
Si nunca te quedas…
Huyes cuando el fuego arde
y cuando la llama quema.


©
María Luisa Domínguez Borrallo


© Fotografía de Manuel Bnzalez Flores

10 de julio de 2016

3º HOMENAJE A MIS LECTORES


MIENTRAS TE PIERDO

Te busco entre los escombros
de aquel edificio que levantamos
juntos y que dejamos caer.
A veces puedo verte, allí, de espaldas
sentado, llorando, esperándome.
Pero cuando te vuelves, solo
veo en tu cara una mueca burlona.
Puedo verte en el canto de los pájaros
cuando retornan de su exilio.
Extiendo mis manos, pero es inútil,
no puedo volar con ellos, ni seguirte.
Me miras desde arriba y mi cuello
se quiebra de estirarse.
Te pierdo en los latidos de un pecho
que no puede recuperarte.
En un corazón que ve cómo te alejas
y tiene arritmia. En la sangre
que se espesa o licua cuando me miras.
En las arterias que se contraen
cuando no estás.

© María Luisa Domínguez Borrallo


© Fotograría de Jorge lázaro

7 de julio de 2016

LLAMARSE PENÉLOPE

Dame un motivo para quedarme,
para seguir tejiendo poemas
en tu nombre. Para deshacer la rima
y fingir que la he perdido y la busco
cada noche.
Dame un motivo para no mirarme
en otros ojos que no sean los tuyos.
Dime que te sigues llamando Ulises,
que volverás para yo seguir siendo Penélope.
Dime que no importa el tiempo,
dame tu reloj de arena para obsequiar
a mis pretendientes.
Dime que volverás para no marcharte.
Se seca la tinta, el papel amarillea
y yo no escribí un soneto…
Qué difícil es esperar mientras te esperan,
qué difícil es llamarse Penélope.


©
María Luisa Domínguez Borrallo



© Fotograría de Jorge lázaro

6 de julio de 2016

LOS MUNDOS OCULTOS

Los mundos ocultos
reciclan besos.
Crean otra realidad.
Gritan mordiscos.
Amasan barro.
Los mundos ocultos
sobreviven arrancando
el poema de la boca.
Incendiando las farolas.
Los faros perecen
sin que nadie llegue
al túnel de tus ojos.
Los pasos sueñan
con encontrarte en el camino.
Mientras la mente
se ha negado a caminar.
Los mundos ocultos
guardan siempre
a alguien momificado.

© María Luisa Domínguez Borrallo



© Imagen de la autora

3 de julio de 2016

WENDY YA NO AMA A PETER PAN

El último cigarro del paquete.
El último café de la mañana.
El adiós definitivo.
Ya no hay roce de tu pelo ni pestañas.
Los versos intactos.
La boca que ya no espera otros labios.
El semáforo en rojo.
La vida sin montera ni prisas.
El cielo sin pájaros.
Wendy ya no ama a Peter Pan.


©
María Luisa Domínguez Borrallo



© Fotografía de Jorge Lázaro

1 de julio de 2016

LLUEVEN Y ARDEN

Llueven pensamientos
en la frontera del no quiero pensar.
Y pienso. Te pienso,
te imagino, te construyo
de cristales transparentes,
que tratas de opacar. Pero te veo,
aunque no quiera mirar.
Y miro y veo más allá
de lo que alcanzan los ojos.
Y pienso lo que no debo pensar.

Arden
sentimientos
que no consigo quemar.
Hice una pira con los vestidos
del desengaño, con el calzado
roto y viejo de mis andaduras tras de ti.
¿Por qué no se quema el fuego?
Me autocombustiono, pero no quemo nada.
Todo permanece incombustible.


Nada arde excepto yo.

©
María Luisa Domínguez Borrallo