No encuentro las llaves de casa,
ni el tiempo que perdí
mirando tu foto esta mañana.
No encuentro aquel pensamiento
que me llevaba a ti por aquel
camino angosto de los recuerdos.
No encuentro las llaves del coche,
ni el mechero.
¿Por qué se me ocurrirá fumar
ahora que todo está perdido?
El bolso está tan revuelto
como mi vida, los dos están llenos
de por si acasos.
No encuentro las llaves en el bolso,
y a ti no te encuentro
en ningún pensamiento.
© María Luisa Domínguez Borrallo
LA POESÍA NO PIDE PERMISO, ENTRA EN TU VIDA EMPUJANDO, APRETANDO Y LIBERANDO TODO.
2 de marzo de 2017
1 de marzo de 2017
LA PARCELA
24 de febrero de 2017
DIME QUE…
Dime que me amas
que este cántaro
no está tan roto.
Que sigues enredado
en mi cintura.
Que sigo reinando
en la noche de tus insomnios
y en los sueños
que tuvimos juntos.
Que los pies te siguen
llevando a las puertas
de mi casa,
y que a veces te sorprendes
buscando piedrecitas
para lanzar a mi balcón.
Que amas el desorden
de mis cejas
y el de mi pensamiento.
Que la costumbre de llamarme
te hace contar las horas,
aunque las dejes pasar de largo.
Que el ancho de tu cama
se estrecha y que mis mil yos
te arrinconan.
Que el largo del lecho se encoge
mientras se ensancha
la distancia que nos separa.
Que las mujeres que pasan
por tus manos son vainas vacías,
que no tienen peso,
que no dejan huella.
Que tu mundo no tiene sentido
sin mis enfados y huidas.
Que te mueres por tocarme,
que en la soledad no consigues
achicar el agua que te inunda,
y que maldices cada amanecer
que no pasas a mi lado.
© María Luisa Domínguez Borrallo
(No Pongas Nombre al Olvido)
que este cántaro
no está tan roto.
Que sigues enredado
en mi cintura.
Que sigo reinando
en la noche de tus insomnios
y en los sueños
que tuvimos juntos.
Que los pies te siguen
llevando a las puertas
de mi casa,
y que a veces te sorprendes
buscando piedrecitas
para lanzar a mi balcón.
Que amas el desorden
de mis cejas
y el de mi pensamiento.
Que la costumbre de llamarme
te hace contar las horas,
aunque las dejes pasar de largo.
Que el ancho de tu cama
se estrecha y que mis mil yos
te arrinconan.
Que el largo del lecho se encoge
mientras se ensancha
la distancia que nos separa.
Que las mujeres que pasan
por tus manos son vainas vacías,
que no tienen peso,
que no dejan huella.
Que tu mundo no tiene sentido
sin mis enfados y huidas.
Que te mueres por tocarme,
que en la soledad no consigues
achicar el agua que te inunda,
y que maldices cada amanecer
que no pasas a mi lado.
© María Luisa Domínguez Borrallo
(No Pongas Nombre al Olvido)
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© Fotografía de la autora |
21 de febrero de 2017
COMO EL HOLANDÉS ERRANTE
Ella estaba en todos los puertos,
en todos los abrazos
y en todas las condenas,
pero nunca era la misma.
A veces calzaba sandalias de verano,
otras botas altas o zapatos de salón.
Era rubia, morena o castaña.
Se vestía de alta o de mujer bajita,
la melena lisa al viento
o con rizos enmarcándole la cara.
Nunca era la misma
ni tuvo tiempo de amarla.
A veces lloraba al despedirse,
otras anotaba en su agenda:
- A esta no la volveré a ver más-
Estaba en todos los puertos
pero nunca era la misma.
La arropaba la ternura o la sexualidad,
o era la pasota de turno con buenas curvas.
¿Qué importaba quién era?
Siempre se topaba con un agujero
que no tapaba el vacío que dejó la irreverente.
Su corazón no moraba en ningún pecho,
se quedó anclado en el vuelo de una falda,
y ya era tarde para recuperarlo.
© María Luisa Domínguez Borrallo
en todos los abrazos
y en todas las condenas,
pero nunca era la misma.
A veces calzaba sandalias de verano,
otras botas altas o zapatos de salón.
Era rubia, morena o castaña.
Se vestía de alta o de mujer bajita,
la melena lisa al viento
o con rizos enmarcándole la cara.
Nunca era la misma
ni tuvo tiempo de amarla.
A veces lloraba al despedirse,
otras anotaba en su agenda:
- A esta no la volveré a ver más-
Estaba en todos los puertos
pero nunca era la misma.
La arropaba la ternura o la sexualidad,
o era la pasota de turno con buenas curvas.
¿Qué importaba quién era?
Siempre se topaba con un agujero
que no tapaba el vacío que dejó la irreverente.
Su corazón no moraba en ningún pecho,
se quedó anclado en el vuelo de una falda,
y ya era tarde para recuperarlo.
© María Luisa Domínguez Borrallo
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© Fotografía de Jorge Lázaro |
19 de febrero de 2017
SIN IMPUNIDAD
La soledad está bordada
de silencios, pequeños pespuntes
en una colcha, que no cubre
el perímetro de esta cama
de conciencia disoluta.
El tiempo disipa y desata
sin pudor y a conveniencia,
los tornados donde yacen
los anhelos y las tardes
de lluvia, que limpian tu cara.
Cada verdad y mentira cuentan
con puertas de entrada y salida.
Solo el tiempo descorrerá
los velos de las incertidumbres:
unos mostrarán su sexo
sin pudor, otros lo cubrirán
con las manos de la vergüenza.
© María Luisa Domínguez Borrallo
de silencios, pequeños pespuntes
en una colcha, que no cubre
el perímetro de esta cama
de conciencia disoluta.
El tiempo disipa y desata
sin pudor y a conveniencia,
los tornados donde yacen
los anhelos y las tardes
de lluvia, que limpian tu cara.
Cada verdad y mentira cuentan
con puertas de entrada y salida.
Solo el tiempo descorrerá
los velos de las incertidumbres:
unos mostrarán su sexo
sin pudor, otros lo cubrirán
con las manos de la vergüenza.
© María Luisa Domínguez Borrallo

16 de febrero de 2017
ANIMAL
15 de febrero de 2017
RECUPERAR EL BESO
Volver al éxtasis
del pasado,
“recuperar el beso”.
Confesarme adicta
a los días que se pliegan
y romper el espacio-tiempo
que nos separa.
Destronar esta sequedad
en mi boca.
“Recuperar el beso”:
el primero, el último,
el que espera.
Discernir esta metáfora
que no entiendes
de mi cuerpo y sí,
“recuperar el beso”
o crear un nuevo aliento
que te lleve hasta mi boca.
© María Luisa Domínguez Borrallo
del pasado,
“recuperar el beso”.
Confesarme adicta
a los días que se pliegan
y romper el espacio-tiempo
que nos separa.
Destronar esta sequedad
en mi boca.
“Recuperar el beso”:
el primero, el último,
el que espera.
Discernir esta metáfora
que no entiendes
de mi cuerpo y sí,
“recuperar el beso”
o crear un nuevo aliento
que te lleve hasta mi boca.
© María Luisa Domínguez Borrallo
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© Fotografía de Carmen Torres Chaguaceda |
13 de febrero de 2017
LA DESCONOCIDA
Hay días que me echo en falta,
que no sé dónde me escondo,que estoy inconclusa y no me respiro.
En esa incertidumbre acaricio
la verdad de mi existencia.
Me recoloco, siempre sobra o falta
alguna pieza que no late.
Pero existo, nunca falto a una cita conmigo.
Luego cubro mi desnudez
y salgo a la calle donde la gente
me confunde, donde nadie me ve.
© María Luisa Domínguez Borrallo
© Fotografía de la autora |
12 de febrero de 2017
EL MIEDO
Repostas en la estación
de mi escote.
Siempre te asustaron
más mis ojos que mis senos.
El amor da más miedo
que esta atracción
que no logras sacar
de tu cabeza.
Sabes que soy un viaje
sin retorno
y tú un pasajero asustado.
© María Luisa Domínguez Borrallo
de mi escote.
Siempre te asustaron
más mis ojos que mis senos.
El amor da más miedo
que esta atracción
que no logras sacar
de tu cabeza.
Sabes que soy un viaje
sin retorno
y tú un pasajero asustado.
© María Luisa Domínguez Borrallo
9 de febrero de 2017
ESCRIBO POEMAS
El mundo habita en una mirada
que no es la mía
y yo la resumo en versos.
Escribo poemas.
Me aterra la frugalidad,
sin respirar aire vano,
inhalo dolor o euforia.
Escribo poemas.
Los días tienen un precio,
pago por cada uno de ellos:
con lágrimas, con risas,
con tinta de saliva o sangre.
Escribo poemas.
En mis manos el infinito,
que sin piedad ni medida,
me acaricia o araña.
Mi cielo y mi infierno,
no son de este mundo.
Por eso...
Escribo poemas.
© María Luisa Domínguez Borrallo
que no es la mía
y yo la resumo en versos.
Escribo poemas.
Me aterra la frugalidad,
sin respirar aire vano,
inhalo dolor o euforia.
Escribo poemas.
Los días tienen un precio,
pago por cada uno de ellos:
con lágrimas, con risas,
con tinta de saliva o sangre.
Escribo poemas.
En mis manos el infinito,
que sin piedad ni medida,
me acaricia o araña.
Mi cielo y mi infierno,
no son de este mundo.
Por eso...
Escribo poemas.
© María Luisa Domínguez Borrallo
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© Fotografía de la autora |
8 de febrero de 2017
BÉSAME LOS SUEÑOS
No me pises los
sueños
písame los miedos.
Todo lo que fui se ha ido,
ha caído la placenta al suelo.
Bésame en el hilo de plata
de un pensamiento. Allí
en la distancia que cuelga
del olvidado recuerdo.
Bésame el ombligo ausente
de cordón umbilical
y de línea alba. Bésame
donde una vez hubo latidos.
Injerta fertilidad
en mis tierras áridas.
Todo lo que fui se ha ido,
ha caído la placenta al suelo.
Bésame en el hilo de plata
de un pensamiento. Allí
en la distancia que cuelga
del olvidado recuerdo.
Bésame el ombligo ausente
de cordón umbilical
y de línea alba. Bésame
donde una vez hubo latidos.
Injerta fertilidad
en mis tierras áridas.
© María Luisa Domínguez Borrallo
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© Fotografía de la autora |
7 de febrero de 2017
SIEMBRA
6 de febrero de 2017
LA TRAMPA
La trampa siempre
estuvo en el aire.
Respiramos cansinamente
sin interrumpir las fases lunares.
No hay tregua donde definir
el espacio que ocupamos.
El mar navega en mi piel
mientras yo peino a las olas.
La vida me embauca
en una emboscada de la que yo
salgo bailando.
Lo muertos siempre supimos danzar.
© María Luisa Domínguez Borrallo
estuvo en el aire.
Respiramos cansinamente
sin interrumpir las fases lunares.
No hay tregua donde definir
el espacio que ocupamos.
El mar navega en mi piel
mientras yo peino a las olas.
La vida me embauca
en una emboscada de la que yo
salgo bailando.
Lo muertos siempre supimos danzar.
© María Luisa Domínguez Borrallo
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© Fotografía de la autora y Fernando Pessanha |
5 de febrero de 2017
EL LÍMITE
Que el cielo espere,
llevo pasaje para este infierno
del que no pienso apearme.
Que vivir al límite de lo imposible
sea una posibilidad.
Que ninguna estructura ósea
delimite mis fronteras.
Que tu lengua siga venciendo
la linde de estos soldados blancos,
que rechinan cuando no te tienen
© María Luisa Domínguez Borrallo
llevo pasaje para este infierno
del que no pienso apearme.
Que vivir al límite de lo imposible
sea una posibilidad.
Que ninguna estructura ósea
delimite mis fronteras.
Que tu lengua siga venciendo
la linde de estos soldados blancos,
que rechinan cuando no te tienen
© María Luisa Domínguez Borrallo
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© Fotografía es de Jorge Molinero, el mismo poeta es el modelo mientras escribe. |
2 de febrero de 2017
MOTIVOS
Para que el vértigo
inmovilice mis huesos,
y la penumbra juegue
con las sombras esta noche:
quédate amor.
Acaba con las victimas
desordenadas de los silencios.
Que el miedo se sacrifique
y nos regale su ausencia.
Quédate amor,
en esta estrella miope,
en este páramo del refugio,
en estos brazos desechados
por los dioses que no tienen fe.
© María Luisa Domínguez Borrallo
inmovilice mis huesos,
y la penumbra juegue
con las sombras esta noche:
quédate amor.
Rompe el dilema
de las horas muertas.Acaba con las victimas
desordenadas de los silencios.
Que el miedo se sacrifique
y nos regale su ausencia.
Quédate amor,
en esta estrella miope,
en este páramo del refugio,
en estos brazos desechados
por los dioses que no tienen fe.
© María Luisa Domínguez Borrallo
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© Fotografía de la autora. |
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