Me he calzado las
sandalias del deseo.
Y bajo tus manos soy
arcilla maleable.
Soy antorcha iluminando
un cuerpo
diseñado para mí.
Me escapo de la esclavitud de una pasión,
que desata mi parte más
femenina.
No derribo los barrotes
de tus dedos
sobre el fuego de mis
senos.
Otras sábanas absorberán el sudor
de tu cuerpo, pero
ninguno lo acogerá
como yo. Nadábamos
entre fluidos:
Los
tuyos, los míos… Pero ya no son los nuestros.
© María Luisa Domínguez Borrallo
© Fotografía de Manuel Gonzalez Flores |
No hay comentarios:
Publicar un comentario