Te escondes tras el cristal
opaco del silencio.
Te ocultas, desapareces.
A veces tras una sonrisa,
pero te has ido.
Me miras sin verme.
Te miro, me rompes
en mil pedazos el alma.
Luego te hago regresar
de ese limbo donde vaga
tu mirada,
donde me tienes vetada,
pero a veces puedo entrar.
© María Luisa Domínguez Borrallo
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