Y se quedó para siempre
en el caudal de aquel río innavegable.
En los momentos dormidos,
en los cantos rodados entonando
canciones de otros tiempos.
En las aguas que mecen mi paz,
y hallan las palabra sumergida,
que sin ahogarse, regresa a mi boca.
© María Luisa Domínguez Borrallo
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